sábado, 14 de abril de 2012

Contando las Ovejas

Pasaban los minutos y las horas y no logrando conciliar el  sueño, se me ocurrió probar  con el viejo truco de "contar  ovejas". Dicen que es un método infalible.

En el intento de encontrar una manada imaginaria, busqué en mi mente uno de los extensos páramos de los altos andinos. Subí la cuesta persiguiendo  un accidentado camino que fugaba por la accidentada montaña, me adentre en los  humedales, flanqueando el ichu verde de las laderas, saltando los  riachuelos, asomando las lomas, al llegar  a una amplia meseta me detuve a observar la inmensidad de la planicie.

- ¡Al fin los encontré!
La manada pastaba, allí  en la planicie verde, salpicando de blanco  con sus vellones de blanca lana el verde pastizal. Me acerqué con cautela para no asustarlas, empecé a contarlas - Uno, dos, tres...